A propósito de la JMJ: de ballenas, ecologistas y transexuales

 

Por Javier Martínez Baigorri

Hay varios términos a los que se recurre cuando se quiere desprestigiar algo: populismo, relativismo e ideología. Me gustaría centrarme un momento en la última. En su diccionario filosófico, Ferrater Mora dedica varias páginas al término ideología. De entre todo lo que dice, voy a resaltar un párrafo:

«Las ideologías se forman como "enmascaramientos" de la realidad fundamental económica; la clase social dominante "oculta" sus "verdaderos" propósitos (los cuales, por lo demás, puede ella misma ignorar) por medio de una ideología. Pero la ideología, a la vez que ocultación y enmascaramiento de una realidad, puede ser revelación de esta realidad. Por lo demás, la ideología puede servir como "instrumento de lucha", como sucede cuando el proletariado toma el poder y convierte en ideología militante su concepción materialista y dialéctica de la historia».

Sin duda, se refiere a la propuesta que Marx realiza a propósito del término ideología. En ella la ideología es una manera que tiene el poder de perpetuarse y sostener la estructura de dominación económica que divide la sociedad en clases antagónicas.

¿Adónde quiero llegar con esta introducción? En la pasada Jornada Mundial de la Juventud, una de las catequesis impartidas dejo varios titulares en los que se destacaba los siguientes: Nadie nace en un cuerpo equivocado, lo "trans" y el ecologismo son ideologías. Desconozco el contenido real de la catequesis, no me voy a centrar en lo que realmente se dijo, sino que quiero fijarme en lo que se ha transmitido a través de varios medios de comunicación, de diferente línea editorial, porque es lo que queda y llega al gran público. Además, va en la línea de otros titulares que en los últimos meses nos han dejado algunas reuniones de gente de Iglesia que no son muy afines, por decir algo, a Francisco y han resaltado los medios de comunicación.

Vamos a empezar con el tema "trans", que va asociado de manera más general al colectivo LGTBIQ+ y, cuando es catalogado como ideología, al género. Repetidamente se habla de "ideología de género" como una idea que se repite con fuerza. Está claro que todo tiene una doble cara, tal y como hemos leído un poco más arriba, y la cuestión de género puede convertirse en ideología y puede ser usado como ideología, como así ocurre (hay pocas cosas que no puedan convertirse en ideología). Pero, si nos fijamos bien, desde el punto de vista filosófico se ha convertido en una instancia crítica; esto es, señala cómo se ejerce el poder de manera diferenciada y normativa sobre una parte de la sociedad y lo denuncia. No es necesario estar de acuerdo con todo lo que dicen sus principales figuras -que, por otra parte, tampoco es algo monolítico y hay discrepancias entre autoras- pero no cabe duda de que, con acierto, señalan posibles vías para emancipar a una parte de la población que ha sido oprimida históricamente. Por ese motivo, sin negar que se puedan excesos y usos políticos ideológicos, tachar todo aquello que busca dar un marco que permita que todas las vidas "sean merecedoras de ser vividas y lloradas si se pierden" de ideología, es falaz y al mismo tiempo ideológico. Como he señalado en otro sitio, no podemos perder de vista en estos debates y discusiones que detrás de los términos, la definición, la norma, etc. hay personas que sufren discriminación.

Todavía se complica más toda esta cuestión si se añade la referencia explícita a un cuerpo "trans" y se trata de cortar el posible diálogo añadiendo un "Dios no se equivoca", con el argumento de que nadie nace en un cuerpo equivocado porque Dios no se equivoca. Entramos en un complicado jardín que nos conduce en lo que a religión ser refiere, a un tema clásico en teología: la teodicea. Si Dios no se equivoca, es decir, si la voluntad de Dios es que nazcamos en el cuerpo que hemos nacido ¿es voluntad de Dios la enfermedad del cuerpo, desarrollar un cáncer o nacer con una discapacidad? Porque no vale decir en un caso que eso es parte del propio mecanismo de la naturaleza y en el otro que es voluntad de Dios. No podemos hacernos trampas al solitario.

Es importante tomarse en serio el cuerpo y es importante, dentro de la reflexión religiosa, tomarse en serio la naturaleza y su autonomía. No hay nada más absurdo que pensar en una creación evolutiva y caer en una concepción determinista, que nunca ha casado bien con el cristianismo. Y tampoco hay nada más peligroso que reducir las personas a una abstracción que según encaja o no dentro de la norma puede convertirse en alguien que queda fuera de la comunidad. En el mismo evento que nos dejaba estos titulares, Francisco repetía que en la Iglesia cabemos todos y unos ultras insultaban en una eucaristía a la que asistían creyentes cristianos miembros de colectivos LGTBIQ+.




Una vez esbozado el primer titular, vamos a pasar al segundo tema: el ecologismo. También tachado, según el titular transmitido, de ideología y cayendo en un uso indebido del apelativo "integral" que sigue a la "ecología" en la Laudato Sí.

Una de las ideas que nos transmitían los medios de comunicación era que la ecología debe ser integral y eso iba acompañado de un desafortunado ejemplo: algunos (los malos, supongo) que defienden la vida de las ballenas, mientras que apoyan el aborto. La simpleza del argumento del titular no necesita ni ser señalada. Creo que hay que ser más serios y para ello vamos a pensar sobre tres aspectos: qué significa integral en la encíclica de Francisco, la relación entre el ser humano y "lo natural" como parte de una misma creación, y la necesidad de cuidar un planeta habitable para el ser humano en armonía con el resto de seres vivos ya que juntos nos enfrentamos a la sexta extinción masiva que ha sufrido la Tierra desde que apareció la vida. En este contexto, habrá que hablar también de los derechos de todos los seres vivos.

Cuando Francisco habla de integral, incluye dentro de una misma problemática la situación y dignidad del ser humano y el deterioro que está sufriendo nuestro planeta y todo lo que en él habita. Dice que son dos caras de una misma moneda y por eso hay que abordarlo de manera conjunta. El nexo de unión de las dos caras es el sistema económico que depreda todo cuanto se pone por delante, sean recursos naturales o vidas (incluyendo toda la biodiversidad), degradando el planeta y haciéndolo inviable para sostener toda vida que en él crece y sin el que no se puede mantener. Merece la pena leer a autores como el fallecido Latour y su propuesta de llamar "terranos" a todos los seres vivos que habitamos la superficie del planeta para no olvidarnos que estamos juntos en esto. Por eso, no se puede tachar sin más al "ecologismo" como una ideología. Para empezar, dudo que se pueda hablar de ecologismo como si fuera algo monolítico y con propuestas únicas.

La preocupación por el planeta y la vida que en el crece no es algo ajeno al cristianismo como algunos se encargan de repetir de manera incansable (dicen que la Iglesia está para transmitir el Evangelio y no para hablar de ecología). Va siendo hora de recuperar la categoría teológica de creación, no para volver a posiciones terraplanistas y creacionistas, sino para resaltar que todos formamos parte de una misma obra de Dios. Toda la creación juega un papel importante. En ella nos toca la responsabilidad de contribuir a su conservación.

Por eso, precisamente, no podemos diferenciar entre lo humano y lo natural. No existe algo ajeno al resto del planeta. Todo está en relación: lo que le pasa al planeta nos afecta y lo que hacemos nosotros afecta al planeta. Vamos de la mano.

Si no somos capaces de mantener un planeta habitable, seremos responsables de nuestra propia extinción. Y hablar de un planeta habitable no es sólo referirnos a un trozo de roca, sino que es algo que reside en un equilibrio entre los seres vivos. Estamos provocando una extinción masiva. Es el momento de dar un salto y pensar en derechos para todos los seres vivos: qué significa, cómo mantener un equilibrio entre nuestra necesidad de recursos, alimentación y la sostenibilidad y futuro del planeta. Por eso es importante salvar las ballenas, los pájaros, los insectos, la diversidad vegetal; Por eso es importante no usar los animales como si fueran cosas, como si pudieran vivir dignamente inmovilizados, o como si fueran algo que puede ser usado para tirar después. Tenemos una gran responsabilidad y una llamada urgente.


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