A mi alumnado de segundo de Bachillerato


Por Javier Martínez Baigorri


Reproduzco en esta entrada, después de arreglar cosas que no tienen sentido sin contexto y eliminar algunas referencias personales, el breve discurso con el que despedí al alumnado de segundo de bachillerato a comienzos de junio. En el he usado material que he publicado en otra entrada y parte de "el modelo de persona" que escribí hace tiempo para el colegio donde trabajo.


Después de un largo recorrido de quince años, dais por cerrada una etapa fundamental de vuestra vida: aquella que sin daros cuenta os ha ido marcando, moldeando, ayudando a germinar aquello que lleváis dentro y permitiendo que salga a la luz. Una etapa en la que vuestra familia ha tenido el papel fundamental y a la que, humildemente, tanto Esclavas como Jesuitinas, nos hemos sumado a lo largo de estos años (habéis pasado con nosotros unas 16.000 horas)

Durante varios días he estado pensando qué os quería decir en este momento especial. No he podido evitar pensar en una infografía que tengo en el despacho en la que un pequeño chavalín recorre todas las etapas del colegio y sale convertido en un adulto gracias a los impactos que ha ido recibiendo a lo largo de toda su etapa escolar. Permitidme que os comparta algunas reflexiones sobre la educación que van a ir entrelazándose con mucho de aquello que os deseamos para vuestra vida. (Decir todo lo que os deseamos para la vida es imposible en un pequeño discurso).

Hace unos meses, la Universidad de Comillas distinguía a Nuccio Ordine con el doctorado Honoris Causa, poco después recibió el premio Príncipe de Asturias. El galardonado tiene una obrita titulada “la utilidad de lo inútil” en el que aborda la cuestión de las humanidades y cómo su presunta inutilidad las están desterrando del panorama académico. [la de veces que los docentes tenemos que escuchar lo de “total, ¿esto para qué me sirve?”. Como veréis, la respuesta es mucho más profunda que el “para aprobar” que tantas veces os decimos] Hoy no pretendo centrar la cuestión en si las humanidades o determinadas asignaturas son importantes o no, que lo son, ni si son útiles o inútiles. Son útiles, por supuesto. Mi pretensión es pensar, con una mirada más amplia, sobre la educación. Para ello, nos sirve de ejemplo el caso de las humanidades pero podría haber usado otros ejemplos..

La primera pregunta es :¿Cuál es el objetivo que perseguimos en educación? ¿Qué es lo que hemos intentado suscitar en vosotros durante estos quince años que habéis pasado en el aula? Es una realidad que vivimos en una sociedad de mercado que entiende que todo puede ser objeto de mercantilización. Por desgracia, la educación no está libre de ello. Podríamos hablar largo y tendido de la mercantilización de la educación a muchos niveles de diferente orden, pero es un tema que hoy no tiene cabida. A pesar de esto, pensar un poco sobre ello sí que nos puede ayudar a entender qué ocurre con las humanidades (y con la educación)

Las humanidades no son “productivas" en el sentido que otorga una concepción mercantilista. Tampoco la educación lo es. Sin embargo, tanto la educación como las humanidades están plenas de valor: Toda la educación consiste, sobre todo, en plantear preguntas. No podemos concebir un proyecto educativo que no lo haga. Hoy en día se habla mucho de la pérdida de capacidad para articular un pensamiento crítico. El pensamiento crítico no depende de que ofertemos un par de asignaturas de filosofía o hagamos determinadas rutinas de pensamiento, aunque todo ello pueda ayudar. El pensamiento crítico y las grandes cuestiones del ser humano no pueden quedar fuera de la educación y no pueden verse constreñidas a una disciplina concreta. Tampoco pueden quedar encerradas exclusivamente en el ámbito académico, sino que es algo holístico. Cuántas veces os he preguntado en clase cuándo ha sido la última vez que habéis leído un libro o he lanzado la invitación a leer. Leer es algo que está al alcance de la mano y sólo depende de cada uno de vosotros y vosotras




El valor de las humanidades, y de la escuela tal y como la entendemos nosotros,  reside en ser fuente de preguntas, reside en la posibilidad de  indagar cómo responder a esas preguntas y comprender las consecuencias que han tenido esas respuestas a lo largo de la historia del ser humano, permite comprender cómo se mueven los hilos del poder, contextualizar los hechos, comprender que no somos una realidad cerrada y que el presente está en continua construcción. Permite descubrir que la ciencia no es neutra a pesar de que nos lo quieran hacer pensar, que la historia la escriben los vencedores, que el artista llega a lugares donde no lo hace la física, y que la física nos permite acceder a lugares donde no podría hacerlo ninguno de nuestros sentidos por sí solos.

La escuela, la educación, tiene mucho más valor que el reduccionismo de concebirla como  una preparación para acceder a una formación superior. que nos permita una determinada vida laboral en el futuro. El mismo Nuccio Ordine, termina otra de sus obras, “Los hombres no somos islas”, haciendo una reflexión en este sentido: se cuestiona la introducción de los criterios empresariales y del mercado en educación, el enfoque utilitarista de la misma,  la profesionalización de las enseñanzas -como si aprender por responder a la natural curiosidad del ser humano no fuera suficiente motivo-, la burocratización, la "fabricación" de clones (engorde de pollos, dice él) para satisfacer las demandas del mercado sin desarrollar una conciencia crítica. Quizá para algunos sea una exageración, pero quizá tenga razón y estemos provocando nuestro propio anestesiamiento. Provocando nuestra alienación. 

Como colegio, no podemos evitar ser hijos de la época que nos toca vivir y los valores que nos constriñen y condicionan. Aún así, conscientes de la importancia que tiene vuestro paso por el colegio, hemos hecho muchos cambios en la manera que tenemos de enfocar la educación. Nuestro “MEDAP” (nombre de nuestro modelo educativo propio) busca ayudaros a que seáis autónomos, comprometidos y creativos. Estas son las tres palabras claves que orientan nuestra acción y se convierten en un profundo deseo hacia vosotros. Estamos convencidos de que hoy, más que nunca, se hace necesario que la escuela acompañe el crecimiento de la persona de tal manera que le capacite para formularse un proyecto de vida que le permita vivir en un mundo cambiante, con sólidos valores y un horizonte en la vida.

Deseamos que seáis capaces de construir un proyecto vital que seáis conscientes de vuestras fortalezas y debilidades; de vuestras vivencias, emociones y de cómo gestionarlas; de las consecuencias que tienen vuestras decisiones en cada uno de vosotros y en los demás. Deseamos que seáis personas agradecidas por todo lo bueno que tenéis y habéis recibido. Mirad a vuestro alrededor, vuestros padres, abuelos, hermanos y hermanas. Sois quienes sois gracias a ellos. Miradles con agradecimiento. Son muy pocas las veces que nos paramos a pensar y agradecemos todo aquello que nos ha sido dado.

Deseamos que hayáis ido adquiriendo unos valores inquebrantables, que os permita armar el esqueleto de un proyecto resistente a los cambios exteriores y que os dote de identidad personal clara. Ojalá, además, que estos valores vayan en consonancia con los valores de nuestro gran modelo: Jesús de Nazaret.

El mundo al que salís viene caracterizado por la diversidad, el cambio, la incertidumbre, la desigualdad. Deseamos que sepáis vivir en él, siendo sensible a los retos que plantea y a las necesidades de las demás personas y del planeta que se ha convertido en un enfermo crónico. Para ello es necesario un fuerte espíritu crítico y un sentido de justicia. Sólo así, seréis conscientes de que poner vuestras capacidades al servicio de los demás y actuar para transformar la realidad, no es una opción más; es la opción, la única opción.

Por último, os deseamos lo mejor. Deseamos poder decir orgullosos en el futuro que sois antiguos alumnos de este colegio. Deseamos que digáis con orgullo que que Jesuitinas ha sido, es y será siempre vuestro colegio y vuestra casa.


*imagen procedente de Pixabay

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